viernes, octubre 28, 2005

Miiish, ¡el parsito!

ChileChina
15 < 1.300

Con el nuevo TLC tenemos mil trescientos millones de nuevos consumidores. Ayayay, cómo irá a ser la cosa.

¿Cómo van ahí nuestros intereses en BIOTECNOLOGÍA, muchachos?

¿Es una buena noticia?
¿Quién está contento?
¿Qué opinan mis amigos de la MDD?

¿Qué opinan los señores blogueros que otras veces se han manifestado aquí?
¿Qué dice Cristián, de “Cuidado por quién votas”?
¿Qué dice Rafa IV, de “En el Bunker”?

Se abre el diálogo. Se ruega que las opiniones sean breves y originales.

lunes, octubre 24, 2005

El padre H


Mucho se ha dicho ya acerca del nuevo santo chileno: Alberto Hurtado. El Presidente Lagos, esta vez sin enojarse, nos ha referido que hemos “ganado un padre de la patria”. Bien, pero creo que ese padre no lo hemos ganado ahora, sino que hace un montón de años, cuando salía en su camioneta verde a recoger viejos pobres de las orillas del Mapocho o cuando se arremangaba la sotana y las emprendía a puñetazo limpio con los miserables que prostituían a niñas y niños. ¿Habrá perdido en alguna de esas reyertas la muela ausente que denuncian las fotos? Tal vez.

Me cuento entre los aguafiestas que creen que era mucho mejor tener el recuerdo y el ejemplo del Padre Hurtado como un hombre bueno, activo, batallador y cobijador, terrestre, que como un santo entre las nubes, junto a querubines y serafines que tocan la lira. Soy de los que piensan que, ya canonizado, junto con crecerle la aureola, y en tanto los escultores preparan moldes y materiales para llenar con sus estatuas iglesias y capillas y plazoletas y parques, el curita se aleja más y más, y más que en padre se transforma en un símbolo difuso. Así, es más fácil que los acaparadores de riquezas se sigan haciendo los huevones con las exigencias económicas que este sacerdote dejó planteadas (“hay que dar hasta que duela”), porque ya tienen la experiencia de haber prestado oídos sordos al símbolo de símbolos, JC (“es más difícil que un rico entre al cielo que un kámilos pase por el ojo de una aguja”) y al Papa JP II (“los pobres no pueden esperar”).

El Papa Ratzinger lo nombró San Alberto con varios miles de chilenos en San Pedro. Yo me pregunto, ¿no nos habrán hurtado al Padre Hurtado? ¿No era acaso el cura de los pobres?

¡De no creerlo! Veo al cura Hasbún en uno de los programas alusivos con que nos bombardeó la tele. Lógicamente, hago zapping antes de la arcada, porque me cuesta reconocer alguna similitud entre lo obrado por Alberto y las acciones de este otro, en cuyo curriculum vitae destacan:

- Muerte del obrero José Tomás Henríquez, en acción de “Patria y Libertad” para desactivar una interferencia que incordiaba las transmisiones ilegales de Hasbún por el Canal 5 de Concepción.
- Participación activa en dicho movimiento fascista, junto a Pablo Rodríguez Grez, Jaime Guzmán Errázuriz y Michael Townley, entre otras linduras.
- Más de 30 años de comentarios televisivos y columnas en El Mercurio solicitando “mano dura” a Pinochet, a quien fue a visitar a Londres.
- Silencio absoluto ante la muerte de miles personas, entre ellas varios sacerdotes (André Jarlan, el cura Llidó, son los que recuerdo).
- Declaración de inocencia del pedófilo y tirano alemán Paul Schaeffer.
- Apología de la DINA y la CNI como instituciones que “Chile debe respetar y agradecer”.

Ahora resulta que a este cura sinvergüenza ni se le cae la placa dental cuando nos quiere hacer creer que fue discípulo del Padre Hurtado. ¡Qué atropello a la razón! Miren lo que dice el caradura:
“Sin dificultad, sin recurrir a archivo o documento alguno, he recreado, con la memoria del corazón, el escenario en que me cupo el privilegio de conocer personalmente a un santo. En ese lugar y tiempo del Colegio San Ignacio, marcado por la excelencia y exigencia en todos los planos, descolló con luz propia el Padre Alberto Hurtado. Si le reconocimos o intuimos ya entonces como especial elegido de Dios no fue por contraste, sino por sobreabundancia...
“Allí, en el silencio oculto de esas madrugadas y de esos altares laterales, teníamos una diaria confirmación de lo que inflamaba el alma de nuestro Padre Hurtado. Como el amor, como el fuego, también el celo y respeto celebrativos se transmiten por divino contagio. Desde entonces supe íntimamente que yo un día sería sacerdote y que celebrar la Eucaristía sería la fuente y la cumbre de mi existir…
“Veinte años más tarde, ahora en el altar mayor de la Iglesia de San Ignacio, disfruté el regalo soñado de celebrar mi Primera Misa. Una de las tantas semillas sembradas por el Padre Hurtado con su predicación, su testimonio y su fervor eucarístico había germinado en un sacerdote de Cristo para la Iglesia”.
Parece que no aprendiste mucho Hasbún. Quizás eras el sonso entre los seguidores, porque cuando Alberto Hurtado veía a un pobre le preguntaba “¿Cómo estás, patroncito?” y no se andaba con frases tan rimbombantes y poco serenas como “parásitos que profitan chupando la sangre ajena”.

miércoles, octubre 19, 2005

Una michelada refrescante


Hay tanta pero tanta gente en México, que generalmente sus calles y plazas, aun siendo estas últimas más grandes que las de la China (Ipnauj dixit), dan la estampa de una constante procesión. TitOZ, que viene llegando del DF, relataba una incursión en el ferrocarril subterráneo de la capital azteca, donde los humanos van tan comprimidos unos contra otros que se asemejan a sardinas en una lata. “¡Y eso que era fin de semana!”, señaló mi hermano, para luego detallar que hay vagones separados para mujeres y hombres, con lo que evitan el punteo inter genérico, pero (y esto lo pienso yo), a contrario sensu, posibilitan los roces entre pares y, con ello, el surgimiento de algunos juangabrieles. En medio de esos ciudadanos en traslado, fluyen los vendedores que, medio caminando y medio nadando entre los vientres y sobacos, se las arreglan para comercializar sus productos.

A esas muestras de mares de personas, súmele usted el calor, UFFF, y por aproximación llegará a la habilidad que tienen los mexicanos para refrescarse, que es mucha. Para ello tienen dos océanos, un golfo, cientos de lagunas y millones de albercas, además de mexcal y tequila y, la más refrescante de todas sus bebidas, la michelada.

Es bien rica la michelada. La he tomado acá en Chile, en el conocido Liguria y debo decir que mi mujer, la de la simpatía extrema y los ojos diáfanos y maravillosos, se hizo adicta a tal elixir, tanto así que la prepara a menudo en nuestra casa. Tan simple como cerveza helada (ojalá una Corona al polo) + jugo de limón + sal (al interior y al borde del vaso), (algunos le ponen salsa picante onda tabasco), resulta ideal para barajar los calores que están llegando.

Lo que ya llegó, pese a los augurios de algunos desesperados sin chance, es el programa de gobierno de la futura presidenta de Chile: Michelle Bachelet. A mi juicio, y aquí viene el ingeniosísimo juego de palabras, se trató de una michelada refrescante, con políticas públicas bien orientadas y realistas, y carente de los ofertones de los candidatos de la derecha, que como no tienen posibilidad alguna de llegar a La Moneda han evacuado una seguidilla de disparates y necedades que, la verdad, me aburre proponer para conversar, aun cuando estoy llano a que esos análisis los hagan otros, para lo que está abierto el botón de opiniones.


Al grano. De la michelada chilensis me han gustado:
- Codelco cien por ciento estatal.
- Aumento progresivo de las coberturas del Plan Auge, para llegar a 80.
- Énfasis en la educación, especialmente en la preescolar (una de las determinantes sociales de la salud, según la OMS, tema que me interesa a rabiar).
- Plan contra el déficit habitacional.
- Reforma al sistema provisional, en base a aportes de los sectores con mayores ingresos.
- Inscripción electoral automática y voto voluntario.
- Agenda “sin exclusiones” con países limítrofes.
- Mayor cobertura de seguro de cesantía.

Eso sería. También encuentro positivo el afán de llegar al 1% del PIB en inversiones de investigación y desarrollo (ojalá mis socios Chicosano y Quitomay expliquen las ventajas de esta medida), aunque el salto me parece insuficiente, ya que con antelación había escuchado que Michelle quería triplicar la cifra que se destina actualmente en estos temas (0,6%), “para estar a la altura de los países que hoy están en el eslabón siguiente en términos de ingreso per cápita”, según la candidata.

¿Y dónde está aquí el tema de la delincuencia?, se preguntará el líder de la UDI. Le respondo que el programa de la futura presidenta contempla más de una decena de iniciativas en ese sentido, pero en este blog no aparecen. No sé si porque el tópico me resulta ingrato, o porque se las chorearon.

miércoles, octubre 12, 2005

Lavín y el Chapulín

16 de agosto de 2001. El Salón de Honor de la Municipalidad de Santiago está colmado de gente. El presidente de México, Vicente Fox, será declarado huésped ilustre de la capital chilena y el alcalde Joaquín Lavín Infante (JLI), con perlitas de sudor entre nariz y boca en pleno invierno, reflexiona: “Qué buena oportunidad. Aquí me luzco”.
Un par de días antes, el ex danzarín de Música Libre y constante asesor y goma del edil, le ha entregado una propuesta de discurso. Lavín, canchero, lo aparta de su escritorio: “No pus Romo, si tú sabí que a mí me gusta ser espontáneo y hablar con las palabras que usa toda la gente”.
El día del acto solemne, parado frente a Fox, con sus anteojos, sonrisa y mofletes medio metro más abajo del señorial mostacho de este mexicano tan espigado, el alcalde inicia su improvisación: “Es para mi un gran honor, Presidente, hacerle entrega de las llaves de la ciudad de Santiago de Chile”. El hombre se está expresando bonito, cuenta de desafíos e intereses comunes y, un minuto y medio más tarde, se lanza con el remate de su alocución: “México lindo y querido, decimos en Chile, Presidente Fox, porque en Chile queremos mucho a México y a los mexicanos; especialmente a aquellos mexicanos que han dejado huellas en Chile…”.
(Aquí es cuando Fox pensó en el trío Rivera, Orozco y Alfaro Siqueiros, quizás en Rufino Tamayo; aquí se le vinieron a la mente Juan Rulfo, Octavio Paz, Carlos Fuentes…).
Lavín: “… y estoy pensando y se me viene a la mente Chespirito, que nos ha dado tantas alegrías con su personaje de El Chapulín Colorado”.

(Aquí es cuando Fox forzó una sonrisa diplomática. El público lavinista rió celebrador. Una hermosa mujer se tapó la cara ruborizada. La transpiración fluyó a borbotones del rostro del edil).
Huelga decir que este bloguero profesa la mayor admiración por el prolífico dramaturgo y genial comediante don Roberto Gómez Bolaños, Chespirito. Ahora bien, al héroe mencionado por el ex alcalde y eterno candidato presidencial chileno, lo encuentra jocoso por lo tonto y torpe que es (prefiere cien veces al Chavo del 8), mismos atributos que le resaltan del postulante a la primera magistratura criolla. En consecuencia, se larga con una suerte de paralelo entre ambos personajes, aun sabiendo que esto puede molestar a muchas personas, entre ellas sus amigos (del bloguero)… (también de Lavín)… (¡¡¡y de Chespirito!!!).
¡Síganme los buenos!
1980. JLI es director de la Escuela de Economía de la Universidad de Concepción y lanza su libro “El Enriquecimiento de las Personas en Chile”, ópera prima que antecedió a “Revolución Silenciosa” y que postula privatizar absolutamente todo. Con 26 años y peinado a la glostora, este Chicago boy está orgulloso de su obra, así que parte a La Moneda y se la entrega oficialmente a Pinochet. Luego, declara: “Este gobierno con esta política ha contribuido a eliminar gran parte de los problemas que el libro señala y es el Presidente de la República quien se ha mantenido en esa línea aunque muchas veces su política resultara impopular. Por eso, yo, como un homenaje a él, le entregué mi libro. Es un homenaje al Presidente”.
Todos mis movimientos están fríamente calculados…
2005. JLI es candidato a la Presidencia y asiste al Canal Regional de Concepción con todas las ganas de expresar “preocupémonos de los problemas reales de la gente”. Los periodistas le preguntan por las cuentas secretas de Pinochet en el Banco Riggs (‘lo sospeché desde un principio’, medita) y las luces de las cámaras delatan una especie de rocío sobre su boca cuando enuncia la frase que traía preparada: “Siento una desafección cada vez mayor con lo que fue ese período de nuestra historia”. El tipo se halla incómodo ante la fortuna ilícita de aquel a quien regaló su trabajo literario. “Creo que aquí se ha roto una tradición de los presidentes de Chile: se iban a la casa con menos plata”, se lamenta.
¡No contaban con mi astucia!
Período 1980-2005. JLI ha detentado varios cargos y ha tratado, sistemáticamente, de preocuparse de los problemas reales de la gente. En efecto, en el escenario de una sequía re problemática, el hombrón pidió ‘calma, calma, que no panda el cúnico’ e intentó un curioso bombardeo de nubes a través de avioncitos. De lluvia, nada. A falta de agua, años más tarde vio que la gente sufría por la mediterraneidad de Santiago en pleno verano y construyó una playa (250 millones de pesos), y en pleno invierno, reparó en que el problema real era la carencia de nieve para hacer monitos y la trajo (300 millones de pesos). ¿De dónde sacó la plata para esas distintas formas de H20? JLI vendió los derechos de agua de la comuna, de manera que, en la actualidad, la Muni debe pagar mensualmente 400 millones de pesos por consumo del líquido y vital elemento, que antes le era gratis.
La astucia de JLI ha incluido: Plan de Seguridad (torres de vigilancia, botones de pánico, guardias en bici, etc.), por 3 mil millones anuales; Plan “Pololo” (trabajillos menores), caro y fracasado; Torre del Bicentenario, Sala subterránea del Teatro Municipal. “¿Dónde están?”, se pregunta usted. Es exactamente lo que iba yo a decir.
Sí me atreeevooo…, si me atreeevooo…
2003. JLI es alcalde de Santiago y llega a su despacho del Palacio Consistorial, con Romo, después de haber escuchado la misa diaria a que está preceptuado por su condición de miembro del Opus Dei. Junto al par, y según lo acordado previamente, llega el Team Barón Rojo: un grupo de hembras en tanga súper tentadas de la risa. El edil posa junto a ellas y, sudoroso, tembleque, se atreve: toma un plumón y estampa su firma en el bien torneado pernil de una de las mozas. La algarabía reina en el edificio del kilómetro 0. ‘Se aprovechan de mi nobleza’, cavila Lavín y, tras la retirada, cuando el glúteo de la última chica se pierde tras el umbral, asevera risueño: “¿Viste, Romo, que soy más liberal que Trivelli? Porque a él su mujer no lo dejó solo ante las niñas del café. Hasta le toqué las piernas cuando le autografié la pantorrilla”.

Mis antenitas de vinil están detectando la presencia del enemigo.
2005. JLI persevera como candidato a La Moneda. A juzgar por la adhesión ciudadana, todo parece indicar que se ha tomado una pastilla de chiquitolina.Empero, el hombrecillo afirma estar seguro de que va a ganar y se agarra, cual si fuese su chicharra paralizadora, del tema de la delincuencia. ‘Ya lo dice el viejo y conocido refrán…’, piensa, ‘… ladrón que roba a ladrón, la tercera es la vencida. No no no: árbol que crece torcido, lo mandamos a una cárcel-isla. No no no: camarón que se duerme, se resfrían los delincuentes… Bueno, la idea es esa. Y el Cuajinais y el Tripaseca tiemblan frente a este héroe y su chipote chillón.

domingo, octubre 02, 2005

Fiestón de sábado por la noche



El 2 de octubre se desfila en Rancagua en recuerdo del histórico “Desastre”.
El 2 de octubre se festeja a los ángeles custodios, esos de las oraciones de los niños sobre sábanas y frazadas: “Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día”.
El 2 de octubre ha sido fecha de terremotos, grandes jornadas boxísticas, recitales de excepción, hazañas futboleras…
El 2 de octubre es el día de mi cumpleaños. Por eso hoy me ha llamado mi mamá desde Lima, a las diez y media de la mañana (fue la hora del parto que -en la Clínica Carolina Freire de Santiago- la convirtió en madre por segunda vez), y por eso anoche celebré con tantos buenos amigos.
Con el estilo de vida que llevo, llegar a los cuarenta años es una cifra interesante, así que me propuse y me dispuse a festejar. Mi mujer de ojos turquesa y risa amplia me planteó dos alternativas: asado a la parrilla o una fiesta de panes con salchicha, opción que resultó elegida por una serie de razones de difícil explicación por escrito.
Soy poco dado a cursar invitaciones a mis cumpleaños. Antes bien, espero que sea mi hermano TitOZ o algún amigo informado quien difunda la festividad, pero resulta que TitOZ está en México (viaja bastante ese muchacho) y cada día desconfío más del nivel informativo de mis amigos, así que envié el siguiente email:
Amigos:
Como sé que tienen muy bien marcado en sus calendarios que el domingo 2 de octubre es mi cumpleaños Nº 40, les quiero aclarar que el festejo (el cambio de folio decenal lo exige) se realizará en la víspera del mismo; vale decir, el sábado 1, desde las 21.00 en adelante, en mi domicilio de la comuna de Providencia. Ahora, como la economía familiar no está tan pujante como la nacional, habrá un sencillo "hot dog party" con sus respectivos tragullos (en la línea del pisco sour a la peruana, cervezas y vinos), de manera que se solicita que los más bebedores, aquellos que caen en la categoría de contumaces, aparte del regalo de rigor, traigan algo de líquido estimulador. ¡Los esperamos! AA (ex CBL) y esposa.
De inmediato llegaron respuestas de mis amigos.
El creativo director de programas escribió: “Simpáticos párrafos, parece que han servido los talleres literarios. La respuesta, en somera síntesis, es... chalupa, gancho. Abrazo del Amigo”.
El destacado periodista de TV refirió: “En mi calidad de embajador de J. Walker en Chile, no me queda otra que aportar con un buen... Ballantines. Ahí estaremos”.
El abogado poeta que firma como M.M., señaló: “Se agradece. Allí nos vemos. No bebo mucho pero fumo…”.
El experto en comunicaciones conocido en este blog como Ave Palto, afirmó: “De allí seremos. Un abrazo”.
Y así fueron llegando mis camaradas. Primero, el multifacético productor de jornadas de jazz; después el periodista y escritor del cuento “El juego” (Ipnauj), Ave Palto, el creativo director de programas, el informático de Codelco y su risueña señora, el destacado periodista de TV, el encargado de campañas del Minsal que se va a Coyhaique, la notable difusora de ciencia y tecnología de TVN y su marido itálico, el químico que apuesta por la biotecnología (Quitomay) y su linda esposa colombiana, mi broder F. Bunster y su atractiva mujer (mi sister), el delgado y abstemio historiador, el ágil descendiente de griegos y su novia Paty, el editor deportivo y su alegre cónyuge psicóloga…
La fiesta fue un fiestón. ¡Qué manera de pasarlo bien! Los licores corrían que era un gusto, y eso que calculé mal el ítem cocacola. El humo y la música se paseaban por las habitaciones; las risotadas desbordaban. Un paté soberbio y hotdogs con salsas varias alimentaban a la tropilla, que más tarde puso corporatura en movimiento con todo tipo de ritmos.
Con ocho lustros cumplidos, no me queda más que agradecer a la formidable mujer de mi vida, a mis tres hijos espléndidos y a mis amigos, por buenos amigos y por los excelentes regalos que me hicieron, preferentemente cargados a los giros del alcohol (quedó claro que soy amigo de bebedores contumaces), de las letras y del vestuario.